Franquismo

El franquismo fue una larga dictadura, personalizada en la figura del general Francisco Franco, quien acaparó todos los poderes del Estado hasta su defunción, en 1975.

Esta dictadura se impuso por la fuerza después de un golpe de estado militar contra el gobierno legítimo de la II República, que provocó una trágica guerra civil (1936-1939), cuya una de sus consecuencias fue la muerte de centenares de miles de personas.

Una de las características de estos casi cuarenta años de dictadura fue la sistemática represión que las autoridades franquistas ejercieron ya desde un primer momento, y que continuaron una vez terminó la guerra. Esto explica la fuga hacia el exilio de centenares de miles de personas ante el avance de las tropas rebeldes.

Así, por ejemplo, una treintena de manresanos fueron fusilados en el Campo de la Bota y muchos otros fueron encarcelados, o bien depurados y despedidos de sus empleos durante la inmediata posguerra, caracterizada también por la miseria que afectó a la población civil ante la carencia de víveres y suministros, entre los cuales las primeras materias más básicas.

En definitiva, el franquismo, sobre todo a lo largo del periodo 1939-1959, se caracterizó por el miedo, la represión política y social, el control ideológico y moral de la población, la pobreza y la carencia de las libertades y derechos humanos más elementales, tanto individuales como colectivos. Esto permitía al gobierno, entre otras cosas, perseguir la lengua y la cultura catalanas y aniquilar los derechos sindicales y laborales de la clase trabajadora.

Se trata, pues, de un período oscuro para una mayoría de ciudadanos y ciudadanas que no se podían expresar libremente, y al mismo tiempo, permitía el enriquecimiento de algunos de los que colaboraron activamente con el régimen.

https://www1.memoria.cat/franquisme/es/content/que-fue-el-franquismo

La Restauración Borbónica

Después de que en 1868 la Revolución Gloriosa consiguiera destronar a la reina Isabel II de España, la dinastía de los Borbones regresaba a ocupar el trono español menos de siete años después, habiendo pasado por el efímero reinado de Amadeo de Saboya y la posterior proclamación de la Primera República española tras la abdicación del monarca italiano. Un periodo en el que además se habían juntado la Guerra de los Diez Años en Cuba (1868-1878), la Tercera Guerra Carlista (1872-1876) y la Rebelión cantonal durante la segunda mitad del año 1873.

Pero volvamos a ese año de 1868 cuando el pronunciamiento liderado por militares como el almirante Topete o los generales Prim y Serrano cogieron a la reina Isabel finalizando sus vacaciones veraniegas en San Sebastián. En menos de dos semanas la monarquía borbónica cayó ante el golpe de Estado y la reina se marchó al exilio en Francia. Aunque eso sí, dejó bien claro que no renunciaba a sus derechos al trono español tanto en su figura como en la de sus descendientes. Parecía que la historia de los Borbones en España había terminado, pero como ya sabemos, nada más lejos de la realidad.

El infante Alfonso nació en Madrid el 28 de noviembre de 1857 siendo el primogénito varón de la reina Isabel. Oficialmente su padre era el rey consorte Francisco de Asís de Borbón, aunque siempre se dudó de su paternidad ya que se decía que era homosexual, siendo apodado de forma popular como «Paquita». Con apenas 11 años, el joven Alfonso marchó con el resto de su familia a un exilio dorado que le hizo formarse en ambientes muy diferentes al español y que le dieron una formación muy diferente a la que habría recibido en España.

Durante esos años pasó por París para después marchar a Suiza tras la caída del emperador Napoleón III por la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871), lo que derivó en la proclamación de la Tercer República francesa. Después siguió formándose en la Real e Imperial Academia Teresiana de la fastuosa Viena, para asistir más tarde a la Academia militar de Sandhurst en Inglaterra. Este periplo europeo dio a Alfonso una visión muy diferente de la política y de las diferentes formas de gobierno que existían en el continente, lo que acabaría marcando mucho los renglones del que sería su reinado (1875-1885).

Mientras se encontraba en el exilio, en España iban sucediéndose los acontecimientos anteriormente relatados durante el llamado Sexenio Democrático o Revolucionario (1868-1874). A inicios de enero de 1874 el general Pavía dio un golpe de Estado tomando por las armas el Congreso de los Diputados mientras se estaba celebrando una sesión para elegir a un nuevo presidente del gobierno para la República, a lo que siguió el resto de ese año una especie de dictadura con el general Serrano como presidente. Mientras tanto, políticos como Antonio Cánovas del Castillo lideraban la llamada «causa alfonsina», un movimiento político que abogaba por el regreso a la monarquía y de nuevo con la dinastía de los Borbones, pero no con la vuelta de la denostada Isabel II, sino con su hijo Alfonso.

Durante todo el año de 1874 Cánovas fue haciendo movimientos tratando de conseguir que lo que llamaba la Restauración borbónica llegara de forma totalmente pacífica y deseada por una amplia mayoría, algo que cristalizó con la publicación en la prensa el 1 de diciembre del llamado Manifiesto de Sandhurst (algo que ya tratamos en la edición del pasado 3 de diciembre de 2022 en este periódico). Este manifiesto fue la respuesta del infante Alfonso a las felicitaciones que le hicieron llegar desde España por su 17º cumpleaños mientras estaba en dicha academia militar inglesa. Y en esa respuesta, Alfonso, aconsejado por Cánovas, se mostraba dispuesto a asumir el trono de España.

Esto precipitó los acontecimientos, y el 29 de diciembre el general Arsenio Martínez-Campos dio un nuevo golpe de Estado en Sagunto proclamándose a favor de la entronización de Alfonso como rey. En pocos días (lo que muestra que todo este movimiento estaba muy orquestado), las principales fuerzas del país se mostraron a favor, y apenas dos semanas después Alfonso llegaba a Madrid para ser proclamado rey de España por las Cortes como Alfonso XII. Comenzaba así el periodo de la Restauración.

https://www.elperiodicodearagon.com/cultura/entender-con-la-historia/2023/01/14/alfonso-xii-restauracion-borbonica-81148429.html

Reinado de Isabel II

María Isabel Luisa de Borbón y Borbón, hija primogénita del rey Fernando VII y de su cuarta esposa María Cristina de Borbón Dos Sicilias, sobrina carnal del Monarca. Su nacimiento fue muy deseado, al no haber logrado su padre descendencia de sus tres matrimonios anteriores, pero dividió a España en dos bandos, pues a los dos días de morir Fernando VII, el 29 de septiembre de 1833, estalló la guerra civil —la Primera Guerra Carlista—, al no reconocerla su tío, el infante Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII, como reina legítima de España, a pesar de que en marzo de 1830, Fernando VII había hecho público lo aprobado en las Cortes celebradas en Madrid, en 1789, sobre restablecer el orden tradicional en la sucesión al tronoCon ella, se derogaba el Auto acordado de Felipe V y se restablecía la tradición de la Monarquía española por la cual las mujeres podían reinar, por lo que Isabel fue jurada princesa de Asturias el 20 de junio de 1833 y proclamada Reina el 24 de octubre del mismo año. Reina desde los tres años, durante su minoría de edad (1833-1843) actuaron como regentes, primero su madre, la reina María Cristina, y después el general Espartero.

La regencia de María Cristina duró desde 1833 hasta 1840. Estuvo marcada por la Primera Guerra Carlista, cruel guerra civil entre los cristinos o isabelinos, liberales partidarios de la reina niña Isabel II y de su madre la Reina Gobernadora, y los carlistas, realistas partidarios del infante Carlos María Isidro. La guerra finalizó en 1839, después de siete sangrientos años, con la firma del Convenio de Vergaraentre el general Baldomero Espartero, como jefe del ejército isabelino, y Rafael Maroto, como jefe del ejército carlista.

El pretendiente don Carlos tuvo que refugiarse en Francia, pero continuó la resistencia de sus partidarios en el bajo Aragón, al mando del general Cabrera, hasta el 6 de julio de 1840, en que, derrotado, tuvo que huir a Francia.

Durante la regencia de María Cristina, iniciada con el Gobierno de Cea Bermúdez, se sucedieron en el poder los liberales moderados (1834-1836) y los liberales progresistas (1836-1840). En este período se otorgó el Estatuto Real de 1834de carácter moderado, considerado como el primer texto constitucional del reinado de Isabel II, y la Constitución de 1837de carácter progresista, elaborada durante el gobierno de Calatrava. Además, el progresista Juan Álvarez Mendizábal llevó a cabo la desamortización de los bienes eclesiásticos mediante el Decreto Desamortizador de 1836 y la Ley desamortizadora de 1837.

https://dbe.rah.es/biografias/13007/isabel-ii

Cortes de Cádiz

La crisis política sobrevenida en España en 1808 por la invasión napoleónica produjo un vacío de poder, capitalizado por las juntas supremas provinciales que se convirtieron en la primera arquitectura de la revolución. El proceso político abierto fue, sin lugar a dudas, complejo, tortuoso y lleno de tensiones.

Los hitos fueron la creación de la Junta Central (septiembre de 1808), que emitió un Decreto de convocatoria de Cortes (1 enero 1810), y el Consejo de Regencia que lo ejecutó (20 septiembre de 1810), presionado por la Junta de Cádiz que exigió que no se convocasen según los estamentos.

El cerco sobre la ciudad gaditana (diciembre 1810-agosto 1812) desencadenó una fiebre patriótica indudable entre la población que inflamó a los diputados electos y favoreció las opiniones más radicales. Así, el ideario liberal adquirió la solidez de un programa político bien definido.

El primer Decreto del 24 de septiembre de 1810 declaró la legítima constitución de las Cortes Generales y Extraordinarias y su soberanía, reconoció a Fernando VII como «único y legítimo» rey de España, y anuló su renuncia a la Corona.

Otros trascendentales decretos, aprobados antes, durante y después del debate constitucional, fueron la proclamación de la igualdad de derechos entre los españoles y los americanos; la libertad de imprenta, de industria, comercio y trabajo; la incorporación de los señoríos a la nación; la abolición de las pruebas de nobleza para acceder al Ejército, de la tortura en los procesos judiciales y del comercio de esclavos; la supresión del llamado voto de Santiago; la abolición del Tribunal de la Inquisición; y el que iniciaba la desamortización eclesiástica y ordenaba la parcelación de los bienes de propios, realengos y baldíos.

Pero el fruto más preciado de las Cortes de Cádiz fue, sin duda, la Constitución de 1812. Porque afirma la soberanía nacional, concebida de forma radical, indivisible, inalienable, imprescriptible e ilegislable; contempla la división de poderes; limita el poder real (derecho de veto suspensivo sólo en dos Cortes sucesivas); introduce los principios de unicameralidad, responsabilidad ministerial, sufragio universal indirecto; garantiza los derechos individuales y las libertades políticas básicas (entre ellas la igualdad ante la Ley, el derecho de propiedad, de petición y de educación elemental, la inviolabilidad del domicilio, etcétera); y contempla la racionalización de la Administración del Estado (creación de ayuntamientos y diputaciones provinciales, igualdad contributiva y directa, control de los ingresos y gastos a través de la Contaduría Mayor), la nacionalización del Ejército y la creación de la milicia nacional.

https://pares.mcu.es/GuerraIndependencia/portal/archivo/fondos/cortes.html

Primera reunión de las Cortes de Cádiz | Ocio y cultura | Cadena SER

Conquista de América

A finales del siglo XV, Cristóbal Colón (que era un hombre culto en geografía, astronomía, historia y teología, y que tenía además una amplia experiencia en el mar) creyó que podía llegar a Asia trazando una ruta a través del océano Atlántico, es decir, dirigiéndose hacia el oeste. Tras no conseguir apoyo en Portugal, marchó a España, donde consiguió el beneficio de los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, que financiaron la travesía.

Colón partió desde Palos de la Frontera (Huelva) con tres barcos (dos carabelas y una nao): La Pinta, La Niña y la Santa María. Tras un largo viaje, desembarcó en una isla del Caribe localizada en lo que hoy en día conocemos como Las Bahamas.

Aunque hay distintas versiones (muchas aseguran que llegó a Guanahani), en realidad no hay evidencia histórica que garantice dónde pisó por primera vez. En cualquier caso, el momento en el que tomó tierra, marcó el comienzo de la conquista española de América y el Siglo de Oro. En este primer viaje, Colón llegó también a Cuba y a la isla de La Española, que hoy en día está formada por dos estados soberanos: Haití y República Dominicana.

En primer lugar, llegó la conquista del imperio azteca, liderada por Hernán Cortés. Poco después de su llegada a México en 1519, Cortés y sus hombres derrotaron al pueblo Tobasco, por lo que fueron obsequiados con 20 mujeres. Entre ellas se encontraba una nativa llamada Malintzin (posteriormente bautizada como Marina), la cual pronto se convirtió en la amante del conquistador. Le servía de intérprete y consejera, y jugó un importante papel en la victoria de Cortés sobre los aztecas. Además, le dio un hijo al que llamaron Martín y del cual se creía que era el primer mestizo mexicano (aunque esto en realidad no era así).

En la actualidad, Malintzin es recordada como La Malinche, una importante figura en la historia de México que muchas veces es motivo de controversia. Muchos la acusan de ayudar a Cortés en su conquista del pueblo azteca, mientras otros alegan que sirvió para hacer la conquista menos sangrienta.

Cortés y su ejército, acompañados por Malintzin, comenzaron su viaje hacia Tenochtitlán, la capital azteca. Por el camino, encontraron diferentes pueblos indígenas dispuestos a ayudarles a derrotar a los aztecas, entre ellos los Tlaxcala. Dichos pueblos, habían sido conquistados previamente por los aztecas y se vieron obligados a servir a su imperio. Además, estaban resentidos por el hecho de tener que ofrecer víctimas para sus sacrificios religiosos.

Poco tiempo después de llegar a Tenochtitlán a finales de 1519, las huestes de Cortés y sus aliados ocuparon la ciudad y tomaron al emperador azteca Moctezuma II como rehén. Unos meses más tarde, ya en 1520, Cortés abandonó Tenochtitlán para ir a negociar con un enviado que venía desde Cuba con la intención de derrocarlo.

A su regreso, Tenochtitlán se hallaba inmersa en una rebelión provocada por el deterioro de las relaciones entre españoles y aztecas. Durante la ausencia de Cortés, Moctezuma II fue asesinado (aunque no sabe con certeza si fue a manos de los españoles o de los propios aztecas) y reemplazado por su hermano, Cuitláhuac.

Tras los constantes ataques, los invasores se vieron forzados a huir de la ciudad. Aunque no por mucho tiempo, ya que regresaron al año siguiente (en 1521) y en tres meses habían tomado de nuevo el control de Tenochtitlán. Cuahtámoc (el sucesor de Cuitláhuac) fue ejecutado y Cortés se convirtió en el soberano del vasto imperio.

https://www.donquijote.org/es/cultura-espanola/historia/conquista-de-america/

Historia de España

Bienvenidos a la sección de historia, donde en este blog os contaremos todo lo relacionado con la historia de España en concreto (para qué sirve, que se estudia en esta asignatura, opiniones,…).

La historia de España es una de las más entretenidas, complejas y apasionantes que puedes encontrar en el mundo. España es un pequeño territorio en la parte más occidental de Europa que ha ido teniendo una historia paralela a la del resto de países durante los siglos.

En este primer caso vamos a hablar de la dinastía de los Reyes Católicos.

Los Reyes Católicos es el título con el que se conoce históricamente a la reina Isabel I de Castilla y al rey Fernando II de Aragón, otorgado por el Papa Alejandro VI. 

Los Reyes Católicos fueron los últimos representantes efectivos de la Dinastía Trastámara en las Coronas de Castilla y Aragón. Durante su reinado, la Corte era itinerante, pasando largas temporadas en el Palacio Real de Tordesillas.

El reinado de los Reyes Católicos ha sido considerado como el punto de partida de la unidad y de la grandeza de España. Isabel era la hija de Juan II de Castilla, mientras que Fernando era hijo de Juan II de Aragón. Eran primos segundos.

A la muerte de Juan II de Castilla, le sucede en el trono Enrique IV, hermano de Isabel. La debilidad de carácter de Enrique hace que se dude incluso de la legitimidad de su hija Juana, de la que se decía que era hija de Beltrán de la Cueva. Presionado por la nobleza, nombra heredera a su hermana Isabel, en la Concordia de los Toros de Guisando en el año 1468, siendo desheredada posteriormente al casarse con el Infante de Aragón.

A la muerte de Enrique IV se entabla una guerra por la sucesión al trono, entre Isabel y Juana la Beltraneja. Las tropas portuguesas apoyaban a Juana, casada con el rey portugués Alfonso V y las tropas aragonesas apoyaban a Isabel. En 1476, las tropas de Fernando el Católico salen del Palacio Real de Tordesillas donde estaban acuarteladas para vencer a las tropas de Alfonso V en la batalla de Toro. Finalmente las tropas de Isabel y Fernando acaban venciendo a las tropas portuguesas (1479).

Por su parte, Fernando el Católico es nombrado heredero al trono de Aragón a la muerte de su hermano Carlos de Viana en 1461. Sube al trono en 1479, al morir su padre y ese mismo año se produce la unión dinástica de Aragón y Castilla.

Concluyeron la reconquista con la toma de Granada en 1492 y apoyaron a Cristóbal Colón en su expedición en la búsqueda de una ruta alternativa para llegar a las Indias, lo que supondrá una fuente inagotable de nuevas riquezas para el reino y un fuerte expansionismo exterior.

En 1494, sólo dos años después del descubrimiento de América, los Reyes Católicos firman con Juan II de Portugal el Tratado de Tordesillas.

En el año 1504 fallece en Medina del Campo, Isabel la Católica, pasando la Corona a su hija Juana. En el testamento, la Reina reflejó que si Juana se viera incapacitada para reinar, ejercería la regencia su padre Fernando, pero la nobleza castellana se inclinó hacia los privilegios que Felipe el Hermoso les ofrecía. La prematura muerte de éste hizo que Fernando fuera otra vez llamado a Castilla, ejerciendo la regencia del trono en nombre de su hija Juana.

A la muerte de Fernando el Católico (1516) heredó el trono su nieto Carlos I de España.

http://www.tordesillas.net/descubre-tordesillas/historia/personajes-historicos/-/asset_publisher/eF65c2HI6pXY/content/los-reyes-catolicos/23202